
La pérdida intencionada de peso va más allá del fundamento estético. Ofrece múltiples beneficios a la salud que van desde prevenir enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes hasta disminuir la incidencia de infertilidad y cáncer por solo mencionar algunas. Actívate y desde hoy cambia tu dieta.
La obesidad pudiera resumirse en un equilibrio estrecho entre las calorías ingeridas y las gastadas. De esta forma siempre que logremos un balance energético negativo habrá pérdida de peso.
Con un presupuesto limitado también podremos obtener resultados impresionantes si tenemos voluntad para ello.
Eliminar el azúcar de la dieta. Solo nos proporcionan calorías vacías y obligan al páncreas a trabajar más para eliminar los picos glicémicos que genera.
- Limitar la ingestión de carbohidratos de un 50-55% que es lo normal hasta un 25-30%, esto estimulará la utilización de más grasa como material energético.
- Disminuye la ingestión de grasas. Las grasas aportan más del doble de las calorías que los carbohidratos, las necesidades diarias están en el orden de 2 a 3 cucharadas de aceite vegetal al día, ésta va en la preparación de los alimentos por lo que, debes evitar los alimentos fritos, salsas grasosas, alimentos pre elaborados (comida chatarra) y otros que en su composición vienen con mucha grasa como el jamón, los embutidos, las vísceras, mantequilla, mayonesa etc…
- Incluye siempre vegetales en el menú, estos son bajos en calorías y entre otros beneficios te darán sensación de saciedad.
- Evitar las meriendas entre las comidas. Si quieres perder peso no debes estar comiendo a cualquier hora del día. Solo tres comidas al día. Desayuno, almuerzo y cena, serán suficientes.
- Evita comer muy tarde, al menos 2 horas o más antes de irte a la cama y trata de que esta comida sea ligera, poca en cantidad y sin alimentos pesados. En este horario el metabolismo se encuentra más bajo que el resto del día y si le sumamos que es el momento más sedentario porque nos sentamos a ver televisión o a conversar se facilita la acumulación de esas calorías sobrantes en forma de grasa y de paso en las zonas menos oportunas como el abdomen. Además, la comida ligera te mejorará la digestión y el sueño.
- Toma medidas para tener un sueño agradable y reparador. Cuando no dormimos bien se estimula el incremento de hormonas contra reguladoras, entre ellas el cortisol el cual induce aumento de peso acompañado de una redistribución centrípeta de las grasas, es decir, estas se ubican mayormente en la región abdominal.
Terapia Nutricional + Ejercicios= Éxito
Todo esto si lo combinas con algo de ejercicio aeróbico (caminar, montar bicicleta, bailar) veras los resultados más rápidamente porque:
- El ejercicio aeróbico incrementa el gasto calórico y el metabolismo basal. Estudios confirman que este incremento del metabolismo puede llegar hasta 48 horas después de realizado el ejercicio y se seguirá quemando calorías incluso cuando estés descansando.
- Mejora la digestión y el estrés, produce la liberación de endorfinas que inducen sensación de placer y relajación.
- Mejora el tono muscular. Cuando se combina con ejercicios de fuerza ocurre hipertrofia muscular (aumento de tamaño del músculo) con un mayor consumo de calorías.
Así que no te detengas por el presupuesto, come inteligentemente y practica ejercicio físico con regularidad.
Sitios consultados: https://www.mayoclinic.org/es/healthy-lifestyle/weight-loss/in-depth/weight-loss/art-20047752
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