Los castrati son un fenómeno único en la historia de la música. Estos cantantes masculinos fueron sometidos a la castración antes de la pubertad para preservar su voz aguda y poderosa. Aunque esta práctica es controvertida y hoy en día está prohibida, los castrati dejaron un legado musical duradero.
Su comienzo
La castración de los niños con talento vocal comenzó en el siglo XVI en Italia, donde se desarrolló un gran interés por las voces agudas en la música coral. Los niños eran castrados antes de que sus cuerdas vocales se desarrollaran por completo, lo que les permitía mantener su voz juvenil y alcanzar notas altas con facilidad.
Los niños candidatos a castrati se escogían desde una edad muy temprana, entre 7-9 años aproximadamente. La idea era realizar este proceder antes de la pubertad. Se estima que entre los siglos XVII-XVIII cerca de 4 mil niños por año fueron sometidos a esta práctica. De los que tan solo unos pocos llegarían a la fama.
Entre los más famosos se destacaron: Farinelli, Baldassarre Ferri, Giacomo Casanova, Alessandro Moreschi y L’angelo di Roma.
¿Por qué los padres permitían la castración de sus hijos?
Los padres permitían la castración de sus hijos por varias razones. En algunos casos se realizaba por motivos económicos. Ser un castrato en esa época se consideraba una carrera musical prestigiosa y lucrativa, y muchos padres veían en esta práctica una oportunidad para que sus hijos lograran éxito y estabilidad financiera para de alguna forma escapar de la pobreza o mejorar su estatus social.
Estos cantantes castrados se convirtieron en estrellas de ópera y música sacra en toda Europa durante los siglos XVII y XVIII. Eran adorados por su habilidad para cantar tanto en registros altos como bajos, lo que les permitía interpretar una amplia gama de roles musicales.
Los castrati eran conocidos por su técnica vocal impecable, su capacidad para proyectar su voz sin amplificación y su habilidad para emocionar al público. Eran considerados verdaderos virtuosos y gozaban de una gran fama y admiración.
Debate ético y moral
Sin embargo, la práctica de la castración fue objeto de debate ético y moral. Muchos consideraban que era una violación de los derechos humanos y una forma de mutilación. A medida que avanzaba el siglo XIX, las voces de los castrati fueron perdiendo popularidad, y finalmente, en 1902, el Papa León XIII prohibió la castración de niños para fines musicales.
A pesar de su desaparición, el legado de los castrati perdura en la música. Sus grabaciones históricas y las composiciones escritas especialmente para ellos son testimonio de su impacto en la cultura musical. Además, su influencia se puede apreciar en la técnica vocal contemporánea y en la interpretación de arias operísticas.
En resumen, los castrati fueron figuras excepcionales en la historia de la música. Aunque su práctica es considerada hoy en día inhumana, su legado perdura como un recordatorio de la belleza y la capacidad expresiva de la voz humana.
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