Entender el lenguaje de nuestro cuerpo muchas veces no es tarea fácil si no estamos entrenados para esto. Otras veces este nos grita a viva voz cosas que pasamos por alto sin darle la debida importancia. Y es que, si bien es cierto que para los poetas y románticos los ojos son el reflejo del alma, para el paciente con diabetes el pie es reflejo de su enfermedad. Así que presten atención porque: El pie del paciente con diabetes nos habla.
¿Es su punto débil?
Los pies conforman la parte más distal de nuestro cuerpo y a la vez son los que tienen un contacto más estrecho con el suelo, el cual significa un peligro potencial para la entrada de gérmenes. No por gusto la diabetes es la principal causa de amputaciones en los miembros inferiores en todo el mundo.
Los nervios más largos son en particular vulnerables, de allí el impacto sobre los pies. Demoran la conducción sensitiva y motora de los nervios periféricos. Esto se denomina neuropatía periférica y puede ser sensitiva, motora o mixta en dependencia de si solo afecta la sensibilidad, la movilidad o ambas.
Esto incide de forma negativa en la conexión entre los nervios periféricos y los músculos del pie, lo cual disminuye su tono, modificándose la forma del mismo y sus puntos de apoyo.
Si a esto le sumamos que pueden coexistir complicaciones macrovasculares como la enfermedad arterial periférica, que causa serias dificultades circulatorias, significa un bombillo rojo y un estado de alerta permanente.
¿Cómo es el lenguaje?
En el paciente con diabetes, tener un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado redunda en un adecuado control metabólico,esto último a su vez significa estar libre de complicaciones y nuestros pies en agradecimiento nos lo dirán porque estarán libre de:
- Anhidrosis con Hiperqueratosis plantar. Es una neuropatía autonómica donde disminuye la capacidad de sudoración del pie. Esto conlleva a un engrosamiento o hiperqueratosis a nivel plantar con la formación de surcos o estrías que son puerta de entrada de gérmenes.
- Pérdida de la alineación de los pies con alteración en la posición de los dedos. (Dedos en martillo, dedos en garra, hallux valgus).
- Cambios en la coloración y temperatura de la piel. Cuando aparece rojiza o marrona, así como disminución de la temperatura de los pies con respecto al resto del cuerpo se sospechará una enfermedad arterial periférica.
- Disminución o ausencia de los pulsos (pedio, tibial anterior y tibial posterior). Se sospechará una enfermedad arterial periférica.
- Caída del vello en el 1/3 inferior de los miembros inferiores harán sospechar una neuropatía periférica.
- Atrofia de los músculos interóseos. Se sospechará una neuropatía periférica motora.
- Presencia de úlceras. Siempre que se detecte acudir de inmediato con el angiólogo. Pueden tener causa infecciosa, vascular o isquémica.
- Amputaciones.
Recuerda revisar de forma periódica tus pies porque: el pie del paciente con diabetes nos habla.
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