
La prohibición de comer cerdo es un tabú alimentario muy común en algunas culturas y religiones. Dentro del Islam y el Judaísmo se interpreta de muchas formas, dando lugar a debates interminables tratando de encontrar la verdad.
Ya en el neolítico Tardío, entre los años 8000 y 7500 a.C, la crianza de cerdo era un hecho en varias regiones al norte del Líbano, Israel y el Valle del Jordán, probablemente importados de Mesopotamia.
El tabú de comer cerdo.

- Clima, economía y sanidad.
La crianza del cerdo tiene sus particularidades respecto a otros animales. Una de las más importantes es el entorno de las regiones áridas del Medio Oriente donde se vuelve todo un desafío, teniendo en cuenta sus necesidades de agua y sombra.
Estas características lo convierten en un renglón menos eficiente y rentable comparado con otros tipos de ganado como el ovino y el caprino.
Algunas enfermedades derivadas de comer cerdo pueden transmitirse a los humanos, un ejemplo de esto es la triquinosis, una enfermedad parasitaria que se adquiere cuando se ingiere su carne mal cocida, lo que pudo haber contribuido a este tabú.
Así la sumatoria de un clima inadecuado, enfermedades parasitarias y un rendimiento económico bajo, fueron en teoría una buena excusa para su prohibición como alimento.
Algunos investigadores están en desacuerdo ¿A qué se debe esto?
Excavaciones y fuentes históricas afirman que en Mesopotamia y el Levante se consumió carne de cerdo durante siglos.
En las costas de Ugarit y Biblos se han desenterrado huesos de cerdo cuya cantidad supera en más del 30% comparado con los de otros animales en contraste con menos del 10% encontrado en pueblos más al interior, demostrándose un mayor consumo en estos territorios.
- Comer cerdo y religión.
Sobre todo el Judaísmo y el Islam prohíben de forma detallada comer cerdo. Si leemos en el Levítico 11:7-8 vemos de manera clara como se le declara impuro prohibiéndose su consumo, algo que todavía practican los judíos.
Al estudiar algunos versículos del Corán (2: 173, 5:3, 6:145) encontramos que declara la carne de cerdo haram, es decir, prohibida.
Esta prohibición pudo haber tenido su base en los hábitos alimenticios del cerdo que incluyen carroñas y desperdicios. Otros investigadores lo justifican como un acto de voluntad y obediencia dentro del ámbito religioso.
- Factores socioculturales.
En algunas sociedades se asociaba el consumo de cerdo a las clases sociales más bajas reforzando así el tabú de la carne de cerdo. Su crianza en zonas urbanas pudo haber dado al traste con la higiene y la contaminación, incrementando así su rechazo.
Además, la ausencia de refrigeración y la dificultad para conservar esta carne en climas cálidos pudieron haber contribuido históricamente a su mala reputación y al establecimiento del tabú.
Práctica multifactorial.
La prohibición de comer cerdo es un fenómeno multifactorial donde es imprescindible considerar aspectos ambientales, económicos, sanitarios y culturales que llevaron a su formación y persistencia.
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Referencias.
- Price, Max D., Lee Perry-Gal y Hagar Reshef. 2023. «The Southern Levantine pig from domestication to Romanization: A biometrical approach.» Journal of Archaeological Science, 157. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jas.2023.105828
- Fàbrega, J. (1996). entre el rechazo y la aceptación. La alimentación mediterránea: Historia, cultura, nutrición, 93, 217.
- Martínez, A. G. (2005). El tabú: una mirada antropológica. Tabú: la sombra de lo prohibido, innombrable y contaminante, 143.
- del Barco Collazos, J. L. (1982). HARRIS, MARVIN, Cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cultura, Alianza Editorial, Madrid, 1982, 235 págs. Anuario Filosófico, 15(2), 297-300.

