
La diabetes es una enfermedad invalidante, especialmente si no se controla adecuadamente. Entre sus complicaciones más frecuentes están las que afectan directamente la estructura y función de los pies. La buena noticia es que se pueden prevenir y que existe tratamiento para los dedos en garra en personas con diabetes.
¿Qué son los dedos en garra?
Los dedos en garra se caracterizan por presentar una curvatura anormal que hace que los dedos se doblen hacia abajo, adoptando una posición similar a las garras de un animal. Esta condición no es solo un problema estético: es causa frecuente de dolor intenso, dificultad para caminar y problemas para usar calzado adecuado.

Características anatómicas de esta deformidad.
Desde el punto de vista médico, presentan dos características principales:
Hiperextensión de la articulación metacarpofalángica (donde el dedo se une al pie)
Flexión articular de las articulaciones interfalángicas proximal y distal (las dos articulaciones del dedo)
Esta combinación provoca que el dedo adopte una forma curvada hacia abajo, similar a una garra, impidiendo que la punta del dedo haga contacto adecuado con el suelo durante la marcha.
Causa los dedos en garra.
La neuropatía periférica es una de las complicaciones más comunes de la diabetes, afecta aproximadamente al 50% de las personas con esta enfermedad después de los 10 años de evolución.
Esta complicación desempeña un importante papel en el desarrollo de los dedos en garra. Cuando los niveles de glucosa permanecen altos durante mucho tiempo, dañan los nervios que controlan los músculos pequeños del pie, creando un desequilibrio que resulta en la curvatura de los dedos.
Los dedos en garra afectan significativamente la funcionalidad del pie, alterando el patrón de marcha y generando compensaciones que afectan otras estructuras del sistema músculo-esquelético.
La neuropatía periférica afecta al pie de la persona con diabetes permitiendo que:
- Los músculos intrínsecos del pie se debiliten gradualmente.
- Los tendones flexores conserven su fuerza mientras los extensores se ven comprometidos.
- Se desequilibren las fuerzas que actúan sobre las articulaciones de los dedos.
Otros factores adicionales presentes en la diabetes.
Además de la neuropatía existen otros mecanismos relacionados con los dedos en garra cuando se padece esta enfermedad como son:
- Problemas vasculares: La microangiopatía diabética reduce el flujo sanguíneo hacia los tejidos del pie.
- Cambios en el tejido conectivo: Los niveles elevados de glucosa alteran la estructura del colágeno en tendones y ligamentos.
- Inflamación crónica: La diabetes causa un estado inflamatorio que acelera el deterioro de las estructuras articulares.
La asociación de la neuropatía periférica con los factores adicionales antes mencionados producen cambios en la estructura del pie con alteraciones biomecánicas. Esto afecta la forma en que se distribuye el peso corporal, creando áreas de presión anormales que obligan a los dedos a adoptar posiciones compensatorias.
El calzado inadecuado empeora los dedos en garra.
Los zapatos demasiado ajustados, con tacones altos o sin suficiente espacio en la parte delantera comprimen los dedos, forzándolos hacia posiciones anormales. Esta presión constante debilita los músculos intrínsecos del pie y acelera el avance de la deformidad.
Las enfermedades neuromusculares que coexisten con la diabetes aumentan el riesgo de desarrollar dedos en garra. Condiciones como la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico y otras artropatías inflamatorias pueden coincidir con la diabetes, creando un entorno que favorece el desarrollo de la deformidad.
Estas causas adicionales explican por qué algunos pacientes diabéticos desarrollan esta condición más rápidamente que otros, incluso con niveles similares de control glucémico.
Diagnóstico de los dedos en garra.
El examen visual por parte de un especialista constituye el primer paso para identificar esta deformidad. El profesional examinará:
La posición de los dedos: hiperextensión metacarpofalángica y flexión interfalángica.
La movilidad articular para determinar si la deformidad es rígida o flexible.
La presencia de callosidades en puntos de presión.
Evaluación neurológica: Pruebas de sensibilidad y reflejos para detectar neuropatía periférica.
Las pruebas complementarias resultan esenciales para establecer la gravedad y causas subyacentes. Estas incluyen radiografías para evaluar alteraciones óseas, estudios de conducción nerviosa para confirmar neuropatía diabética, y análisis biomecánicos del pie para identificar desequilibrios musculares.
Tratamiento para los dedos en garra en personas con diabetes.
El tratamiento para los dedos en garra en personas con diabetes requiere un enfoque personalizado que considere tanto la severidad de la deformidad como las complicaciones específicas de la diabetes. El tratamiento conservador representa la primera línea de intervención y abarca múltiples estrategias terapéuticas.
Ejercicios terapéuticos específicos.
Ejercicios de movilidad: constituyen la base del tratamiento para los dedos en garra en personas con diabetes no invasivo con estiramientos pasivos de los dedos afectados, flexionando y extendiendo suavemente cada articulación durante 10-15 segundos.
Se pueden realizar también movimientos circulares suaves de cada articulación interfalángica acompañado de estiramientos con la ayuda de una banda elástica. Se coloca esta última alrededor de los dedos y se realizan movimientos de extensión controlada.

Ejercicios de agarre: Se utiliza una toalla pequeña para realizar movimientos de agarre con los dedos del pie.
Dispositivos ortopédicos y férulas.
Los dispositivos ortopédicos y férulas forman parte del tratamiento para los dedos en garra en personas con diabetes. Las ortesis personalizadas corrigen la posición anómala de los dedos y redistribuyen la presión. Las férulas nocturnas mantienen los dedos en posición neutra durante el descanso, mientras que las plantillas con almohadillado especial reducen la fricción y el dolor durante la actividad diaria.


Manejo farmacológico.
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) se pueden incluir en el tratamiento para los dedos en garra en personas con diabetes, pues controlan el dolor y la inflamación asociados. En casos específicos, las inyecciones de corticosteroides en las articulaciones afectadas proporcionan alivio temporal del dolor intenso.
Intervención quirúrgica.
La opción quirúrgica como parte del tratamiento para los dedos en garra en personas con diabetes se considera cuando el tratamiento conservador no proporciona resultados satisfactorios después de 6-12 meses. Las indicaciones incluyen dolor severo que limita las actividades diarias, deformidades progresivas o dificultades para calzar zapatos debido a la forma del dedo.
Prevención y cuidado diario para evitar complicaciones.
La prevención de los dedos en garra requiere atención constante a los cuidados básicos del pie diabético. Estas medidas preventivas pueden marcar la diferencia entre mantener la funcionalidad de tus pies o desarrollar complicaciones severas.
Selección del calzado adecuado.
El calzado representa la primera línea de defensa contra las deformidades digitales. Se necesitan zapatos con:
Puntera amplia que permita el movimiento natural de los dedos.
Altura suficiente para evitar presión sobre el dorso del pie.
Materiales flexibles que se adapten a la forma de tu pie.
Suelas acolchadas que absorban el impacto al caminar.
Evita zapatos puntiagudos, tacones altos o calzado demasiado ajustado. La presión constante sobre los dedos acelera la progresión de la deformidad y aumenta el riesgo de úlceras.
Rutina de ejercicios preventivos.
Los ejercicios diarios mantienen la flexibilidad y fortaleza muscular necesarias para prevenir la rigidez articular:
Flexión y extensión de dedos: Dobla y estira los dedos 10 veces, 3 series diarias
Recoger objetos pequeños: Usa los dedos del pie para levantar canicas o toallas
Estiramientos de pantorrilla: Mantén 30 segundos, repite 3 veces por pierna
Rotación de tobillos: Círculos completos en ambas direcciones
Estos cuidados preventivos pueden frenar significativamente la progresión de la deformidad.
Conclusión.
El tratamiento para los dedos en garra en personas con diabetes requieren un manejo integral que combine múltiples estrategias para obtener resultados efectivos. El diagnóstico temprano da margen a tratamientos conservadores antes de que la deformidad progrese a etapas más severas.
La neuropatía periférica diabética es la principal causa de esta condición, por lo que mantener un control glucémico adecuado resulta fundamental. El tratamiento debe incluir:
Ejercicios específicos para mantener la movilidad
Uso de calzado apropiado y ortesis cuando sea necesario
Medicamentos para controlar el dolor
Intervención quirúrgica en casos severos
Si eres diabético y notas cambios en la forma de tus dedos, no esperes a que el problema empeore. La consulta temprana con un podólogo puede marcar la diferencia entre un tratamiento conservador exitoso y la necesidad de cirugía.
Recuerda que el cuidado diario de los pies además de los ejercicios regulares te mantienen saludables y sin complicaciones mayores.
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