
Un nuevo diseño de urinarios, creado con física y geometría, promete eliminar las salpicaduras y evitar que se derramen hasta un millón de litros de orina al día solo en Estados Unidos.
Entrar en un baño público masculino y salir sin manchas de orina en los pantalones puede ser, muchas veces, cuestión de suerte.
Las salpicaduras inesperadas no solo resultan incómodas, sino que convierten los baños en espacios sucios, malolientes y difíciles de mantener. Lo curioso es que este problema lleva más de un siglo sin resolverse, a pesar de afectar a millones de personas a diario.
Ahora, un equipo de ingenieros ha logrado lo que parecía imposible: diseñar un urinario que no salpica. Y lo han hecho gracias a las matemáticas, la física de fluidos y la geometría.
Se presentan los modelos Cornucopia y Nautilus, dos urinarios revolucionarios que podrían cambiar para siempre la experiencia de ir al baño público.
El fenómeno de las salpicaduras multiplica la presencia de bacterias en suelos y superficies cercanas, y obliga a gastar grandes cantidades de agua y productos de limpieza.
En Estados Unidos, los 56 millones de urinarios en espacios públicos provocan que se derramen alrededor de un millón de litros de orina en el suelo cada día. Un dato tan sorprendente como preocupante.
Un ángulo crítico que lo cambia todo
La clave está en un parámetro muy concreto: el ángulo de impacto entre el chorro de orina y la superficie del urinario.
Cuando el ángulo de incidencia es inferior a 30 grados, las salpicaduras se reducen de forma drástica.
Ha quedado demostrado que mantener el impacto por debajo de esos 30 grados reduce las gotas expulsadas hasta en un 95 %.
Este valor crítico es independiente de la fuerza del chorro o de la altura del usuario. Lo relevante es que, si el diseño del urinario obliga a que el líquido siempre llegue a la pared con ese ángulo o menor, las salpicaduras desaparecen casi por completo.
¿Cómo diseñar una superficie que garantice siempre ese ángulo de 30 grados o menos, independientemente de dónde apunte el usuario?
Mediante las curvas isogonales, así nacieron dos modelos diferentes: Cornucopia y Nautilus.
El primero recuerda al interior de un cuerno o espiral cerrado, mientras que el segundo se inspira en la concha de un nautilus, un molusco marino de formas curvas perfectas.
Ambos diseños garantizan que cualquier chorro de orina impactará siempre en una superficie inclinada con el ángulo adecuado.
¿Cuándo llegará este invento a los baños públicos?
Por el momento, los modelos Cornucopia y Nautilus son prototipos desarrollados en laboratorio. Sin embargo, su diseño no requiere materiales especiales ni tecnología costosa. Es perfectamente compatible con la porcelana o los acabados tradicionales de los urinarios actuales.
Esto significa que su implantación en el mercado podría ser relativamente sencilla y rápida. Solo falta que las empresas de equipamiento sanitario y los responsables de espacios públicos se animen a dar el paso.
Después de todo, resolver un problema que afecta a millones de personas cada día, con un diseño basado en pura ciencia, parece una oportunidad difícil de dejar pasar.
Referencias
Kaveeshan Thurairajah, Xianyu (Mabel) Song, JD Zhu, Mia Shi, Ethan A. Barlow, Randy C. Hurd y Zhao Pan. Splash-free urinals for global sustainability and accessibility: Design through physics and differential equations. PNAS Nexus, 2025, 4, pgaf087. https://doi.org/10.1093/pnasnexus/pgaf087.