
La fiebre emocional, o fiebre psicógena, es una condición en la que la temperatura corporal se eleva de manera episódica o persistente ante situaciones de estrés. Esto puede provocar síntomas como sensación de calor intenso, sudoración excesiva y dolor de cabeza.
Este tipo de fiebre puede desencadenarse en personas con ansiedad generalizada, trastornos mentales, enfermedades físicas como la fibromialgia, e incluso en niños debido a cambios en su rutina, por ejemplo.
No es fácil diagnosticar la fiebre emocional, pudiendo ser realizado por un clínico general, neurólogo o psiquiatra a través de la historia clínica de la persona y la realización de exámenes que sirven para descartar otras enfermedades.
Principales síntomas
Los síntomas que pueden acompañar la fiebre emocional son:
- Aumento de la temperatura corporal por encima de 37ºC
- Sensación de calor intenso
- Enrojecimiento en el rostro
- Sudor excesivo
- Fatiga
- Dolor de cabeza
- Insomnio
Estos síntomas puede que no aparezcan al mismo tiempo, sin embargo, si surgen y duran por más de 48 horas, se recomienda acudir al médico rápidamente para verificar cuál es la causa, ya podría indicar la presencia de una infección o inflamación.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico de la fiebre emocional es realizado por el médico a partir de la evaluación de los signos y síntomas que la persona presenta, tomando en consideración sus hábitos de vida.
Además, el médico puede recomendar la realización de exámenes de laboratorio para descartar infección e/o inflamación, que son situaciones que también pueden provocar fiebre.
Posibles causas
La fiebre emocional se produce porque las células cerebrales reaccionan al estrés, haciendo que la temperatura corporal aumente a más de 37°C, llegando a los 40°C, y que los vasos sanguíneos se dilaten, provocando enrojecimiento de la cara y aumento del ritmo cardíaco.
Algunas situaciones que pueden desencadenar fiebre emocional son:
1. Respuesta al estrés: Cuando estamos bajo estrés emocional, el cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas pueden afectar la temperatura corporal y provocar una sensación de calor.
2. Ansiedad y pánico: Situaciones de ansiedad intensa o ataques de pánico pueden causar síntomas físicos similares a los de la fiebre, como sudoración y aumento del ritmo cardíaco.
3. Reacciones psicológicas: Las emociones intensas, como la tristeza, la ira o la alegría extrema, pueden provocar reacciones fisiológicas en el cuerpo que afectan su temperatura.
4. Inflamación emocional: Algunas teorías sugieren que las emociones negativas prolongadas pueden desencadenar procesos inflamatorios en el cuerpo, lo que podría contribuir a un aumento leve en la temperatura corporal.
Cómo bajar la fiebre emocional
La fiebre emocional por lo general, es transitoria y desaparece espontáneamente. Sin embargo, puede prolongarse durante meses si es causada por un estrés continuo.
Este tipo de fiebre no suele bajar con el uso de medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno, ni con antipiréticos, como la dipirona o el paracetamol.
Una vez diagnosticada esta condición, el médico analizará la causa de la fiebre emocional para determinar el tratamiento más adecuado, que consiste principalmente en el uso de ansiolíticos para aliviar la ansiedad y el estrés, y antidepresivos para tratar la depresión.
Además, puede recomendarse un seguimiento con un psicólogo para realizar sesiones de psicoterapia, con el objetivo de identificar las causas del estrés y la ansiedad en la persona. Vea en qué consiste la psicoterapia.
Asimismo, la realización de actividades que incluyan técnicas de relajación y respiración, como el yoga, así como la práctica de meditación y mindfulness, puede ayudar a tratar la fiebre emocional, ya que estas prácticas reducen el estrés y la ansiedad