
El lugar exacto se encuentra en el Golfo de Alaska, y el mito tiene una explicación.
La curiosa línea que parece dibujarse entre ambos océanos, caracterizada por dos colores muy distintos, nos hace pensar que sus masas de aguas no se mezclan. Este efecto se puede apreciar en el Golfo de Alaska. Pero la realidad es que se juntan, y en este caso, la ciencia tiene una respuesta para entender esta diferencia de colores.
1.Diferencia de densidad
El agua en diferentes partes del océano puede tener diferentes salinidades (cantidad de sal disuelta) y temperaturas, lo que afecta su densidad. El agua más fría y salada (Pacífico) tiende a ser más densa (y oscura) y tiende a hundirse debajo del agua más cálida y menos salada (Atlántico).
El agua del Atlántico está influenciada por el agua dulce de los ríos (dulce) que desembocan en este océano, con una mayor cantidad de sedimentos que son los responsables del cambio de color.
2.Barreras Geográficas
Las masas de agua del Océano Atlántico y el Océano Pacífico están separadas por estructuras geográficas importantes, como el Istmo de Panamá, una franja de tierra angosta que conecta América del Norte con América del Sur.
Esta masa terrestre actúa como una barrera física entre los dos océanos, evitando una mezcla directa de aguas.
3.Corrientes Oceánicas
Las corrientes oceánicas también juegan un papel crucial en la separación de las aguas. Las corrientes pueden fluir en direcciones específicas debido a la rotación de la Tierra, la forma de las costas y las diferencias de temperatura y salinidad.
Estas corrientes actúan como «ríos en el océano» y mantienen las aguas de diferentes océanos «separadas», pero solo visualmente.
Y, aunque sea imperceptible para en las imágenes, sí se llegan a mezclar. Por tanto, estamos ante un fenómeno natural que tiene una explicación que, sin embargo, no evita que siga pareciendo sorprendente.
Esta es la explicación que pone fin al mito de que el Atlántico y el Pacífico no se mezclan. Porque sí lo hacen.