Este dispositivo, con aristas aserradas en su interior, se asemeja a un preservativo de látex y atrapa el pene del hombre en caso de agresión sexual.
La doctora sudafricana Sonnet Ehlers ha creado un artilugio para evitar que las mujeres sean violadas. Se trata de ‘Rape- axe’, un ‘condón antiviolación’ que puede herir gravemente el pene de un hombre en caso de agresión sexual.
Su funcionamiento es sencillo. La mujer se introduce esta funda de plástico con aristas aserradas y ganchudas en el interior de su vagina, de la misma forma que un tampón, y el preservativo atrapa el pene del hombre en caso de producirse una agresión sexual.
Ehlers diseñó este dispositivo de protección para mujeres a raíz de una experiencia traumática de una víctima de violación. “Una noche de 1969 estaba atendiendo a una mujer que acababa de sobrevivir a un ataque sexual cuando me dijo algo que nunca olvidaré. Temblando de terror con lágrimas corriendo por su rostro, dijo: “Si tan solo tuviera dientes ahí abajo”, relató la doctora.
Por desgracia, este tipo de agresiones no dejan de aumentar en todo el mundo. Según la ONU, 15 millones de niñas adolescentes de 15 a 19 años han experimentado relaciones sexuales forzadas.
El ‘condón antiviolación’ de Ehlers es indoloro para la mujer. Mientras que la víctima no notará nada y podrá huir y pedir ayuda, el violador sufrirá un gran dolor por las púas del preservativo que rasgan el pene. Así, no tendrá más remedio que acudir al médico para que le retiren el Rape-axe con una pequeña cirugía, ya que hasta que no lo hagan, no podrá quitárselo u orinar.
“Duele, no podrá orinar y caminar cuando está enganchado. Si intenta quitárselo, se aferrará aún más… Sin embargo, no rompe la piel y no hay peligro de exposición a líquidos”, ha afirmado la doctora Ehlers.
Al tener el agresor que ir al hospital para que le retiren el Rape-Axe, este dispositivo también actúa como un identificador de violadores ya que el ADN que se encuentre en el preservativo será el mismo que el de la víctima.
Rape-axe, está disponible para la venta con un precio de 50 dólares.
Polémica por su utilización
Desde que la doctora Ehlers creara este dispositivo antiviolación, Asociaciones de mujeres han advertido de los peligros que puede conllevar su uso. Consideran que puede actuar como “una medida disuasoria” para el agresor, pero también “podría provocar una reacción mucho más violenta contra la mujer”.